Envases de agroquímicos: la necesidad de una gestión adecuada

La demanda de alimentos en el mundo y las innovaciones tecnológicas seguirán incrementando la producción agrícola. En la Argentina se estima que las más de 100 millones de toneladas de granos producidas actualmente por año, aumentarán a 130 en 2020.

Las prácticas agrícolas y la utilización de agroquímicos para maximizar rendimientos y mejorar suelos, requieren mayor atención en cuanto a su impacto en el medio ambiente y en la salud de las personas.

Las formas de aplicación de estos productos son motivo de preocupación y tarea legislativa, generalmente municipal, para establecer distancias con los lugares poblados a fin de evitar riesgos.
Por otra parte, su creciente utilización produce unas 5700 toneladas anuales de envases vacíos usados con restos de sustancias químicas.

La falta de ordenamiento legal de su manejo y disposición final da origen a que se abandonen y acumulen en predios rurales y otros sitios, que sean quemados a cielo abierto, que se utilicen incorrectamente con otros fines, y hasta incluso que material contaminado sea reciclado para nuevos productos.

La gestión ambientalmente adecuada exige la existencia de una ley que regule todo el ciclo de vida de los envases, desde su origen hasta la disposición final o el reciclado para diversos usos como postes, varillas, baldes, conos de señalización, etc.

En este sentido, el Senado de la Provincia de Buenas Aires dio media sanción en 2013 a un proyecto de ley surgido por consenso, tomando como base iniciativas de varios legisladores, procurando ordenar la actividad y el control en todo el territorio provincial.

El mismo establece la responsabilidad extendida del productor en toda la gestión de generación, almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición final de los envases puestos en el mercado.

El productor (fabricante, importador, comercializador) tiene la obligación de recibir y retirar de circulación los envases usados y presentar cada dos años un Plan de Gestión identificando los mecanismos de recolección, transporte, almacenamiento, clasificación, reciclaje y otras formas de valorización.

Los poseedores deberán afectar un sitio seguro para el almacenamiento de envases usados y están obligados a devolverlos al productor con el triple lavado o lavado a presión y perforado en el fondo del recipiente según el procedimiento de la Norma IRAM 12.609.

Se establece la creación de un Registro de Productores y de Centros de Almacenamiento Transitorio para recibir los envases lavados y perforados y luego ser enviados a tratamiento y/o disposición final.

Se prohíbe el abandono, vertido, quema o enterramiento de envases vacíos usados, como también su uso. Y se obliga a la Autoridad de Aplicación a realizar campañas masivas de información sobre los riesgos en el uso de envases que contengan agroquímicos.

En todo el proceso los municipios tienen un rol protagónico para garantizar condiciones de seguridad y salubridad en la gestión y las instalaciones.

Algunas provincias ya han legislado al respecto. Además la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) lleva adelante el Programa Agrolimpio.

Es hora que la provincia más importante del país establezca en todo su territorio una gestión ambientalmente adecuada.

Orlando Costa
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